La primera edición salió en
Buenos Aires, el 18 de Agosto de 1958 en la editorial Losada. En sus 68 poemas, Neruda incluía en su interior y en las
tapas, una serie de ilustraciones y dibujos, pero por desgracia con el tiempo,
toda esa apariencia visual de gran carga emocional fue desapareciendo en
ediciones posteriores hasta tal punto en que no hay nada de ellas, y hoy día
resulta difícil de conseguir.
Desde el momento en que el poeta
escribió el primer poema del libro, se apodero de él, y durante meses vivió
asediado hasta que estuvo terminado. El poeta pasaba por circunstancias no tan
apremiantes, la separación de su esposa, la perdida de muchos viejos amigos y
duros ataques de los sectores católicos y conservadores, así como el desengaño político
que supuso del partido comunista.
Todas estas circunstancias,
pueden suponer ese cambio de tono apreciado en Estravagario, donde el poeta está lleno de inseguridad y su observación
perpleja del mundo y de sí mismo, en el cual, esta supuesta ignorancia está
repleta de ironía. Se resaltan dos vertientes personales: la desconfianza en sí
mismo y la duda de su posibilidad de saber; en la primera, realmente resalta la
ironía, tanto respecto a su físico como de su carácter, ya que él se encontraba
en plena madurez, en los 50; en la segunda, se siente incapaz de dar consejos,
solo relata su experiencia.
Además del título, Neruda
inventa otras palabras: radioterribles (radiografías), telaperros, sintigo,
otañabundo. El poeta reclama su mundo individual ya que debido a su popularidad
le han cargado de muchas responsabilidades, así lo expreso: “… en Chile se tiene por manía encargarme
cuanta cosa peregrina le pasa por la cabeza a la gente, y a la vez echarme la
culpa de todo cuanto ocurre. Son extrañas costumbres nacionales”
Confiesa que siente un
dilema entre la soledad y la vida social, es conflictivo porque dice ser tímido,
le abruman las normas sociales y por ello escribe Sobre mi mala educación, demostrando una obsesión por apartarse en
soledad, Aunque no todo es negativo, pese a todas esas circunstancias, se
encontraba con Matilde, el cual le dedico varias líneas en su libro y su poema Amor; todo esto con la intención y la
doctrina que el amor lo vence todo, que lo hace sentir, vencer el tiempo,
espacio y la muerte.
El libro está plagado de
preguntas, pero de tantas preguntas sin respuesta, la conclusión es evidente para
Neruda, se sabe muy poco, se aprende muy despacio y la vida es demasiado breve,
quizás la muerte revele la verdad.
¡Que
no nos separe la vida y se vaya al diablo la muerte!
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