En los libros del mundo no
lo mencionan para nada, y eso que es un padecimiento que afecta a casi el 100%
de la población, sin diferenciaciones de ninguna índole, ese que aflora cuando
a una persona en pleno dominio de sus facultades físicas e intelectuales, es
decir, todo un experto, se le pide realizar una tarea que no le otorgará ningún
bien, entonces gracias a una maniobra de “no sé qué”, se pone bruto de repente.
Obviamente, algunas personas
tienen más dominio de ciertas características, mucho más que otras, así que, en
diversas otras se destaca una torpeza inaudita, pero lo más destacable de este síndrome
es que el afectado escoge cuando mostrar los diversos síntomas que lo hacen ser
un total tonto, este mal está muy incrustado en la viveza criolla que en otra característica
psicológica.
Cualquier actividad a
realizar, solamente se le responderá con un “no sé”, toda esta torpeza adrede
hace que ante una batalla, el oponente se rinda ante tanta ineptitud junta. Entre
los síntomas destacables están: Hacerse el confundido (no está loco, se hace el
loco), súbito olvido de las destrezas demandadas, tendencia a malentender,
repentinas ganas de ir al baño, repentinas muestras de gestos con la cara (volteo
de ojos, bostezo y un pequeño movimiento de labios, en el cual no se percibe
sonido).
Su tratamiento es muy
sencillo, simplemente dígale al aquejado que dicha actividad (cualesquiera), obtendrá
un viaje, un beneficio, y verá asombrada, como él se recupera de su ignorancia,
y hasta hará de más, como se cura milagrosamente del síndrome.
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