Bolívar amaba a Venezuela, y más al imaginar su brillante futuro que parecía ir surgiendo de lo más recóndito de su ser, él sabía que le emprendía una consagrada misión junto con los idealistas de su tiempo, y a los esclavos de las plantaciones les aguardaba otra tarea que no fuera solo sus faenas diarias, y así se embarcarían en una ruta de rebeliones. Sin embargo, aquel destino deslumbrante que por momentos le deja visualizar el futuro, tardaría mucho en hacerse realidad pero su talante no decaerá en la adversidad, antes parece que con ella se eleva y nace.
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