El Pan de queso y el Horno

 

Erase una vez, un pan de queso y un horno, vivieron 18 y 19 años respectivamente sin conocerse o verse, porque la primera vez que se vieron no se cayeron muy bien, bueno era el horno que le tenia mucho recelo, porque el pan era un poquito pedante y arrogante; y el horno siempre ha sido un poquito mas recatado con respecto a sus conocimientos, aunque claramente el pan era muy sabio, y quería demostrárselo al mundo, luego de ese encuentro.

El horno evito por todos los medios encontrar de nuevo a el pan durante los años venideros pero desafortunadamente se lo encontraba hasta en la sopa, ella tenia muchos amigos panes que lo conocían, y ella se hacia la loca para no verlo o hablarle.

Un día, pasados varios meses, se volvió a conseguir al pan de queso, pero esta vez andaba con otro horno, un horno sensible, el horno pensó: ¡Pobre horno debe estar sufriendo de estar con ese pan tan pedante!, también exclamo: ¡Por lo menos alguien lo quiere! jejeje

Aunque el horno también tenia compañía, ella estuvo con el pan italiano, por mucho tiempo, pero ciertamente no estuvo muy feliz por un largo rato, quizás lo que la unía a ese pan era la costumbre y el hastío, ademas que ese pan se creía mucho para ella, creía que ella no tenia las capacidades para estar con el pan italiano, pero resulta que el horno, lo quemaba porque ella tenia demasiado calor y no quería causarle sensación de inferioridad al pan.

Pasados algunos años, se volvió a encontrar con el pan de queso, esta vez ella tenia mas experiencias vividas y tenia un resentimiento muy marcado hacia los panes, y por eso, ella botaba ácido de vez en cuando, lo cual hizo que el pan de queso se sintiera aludido y quisiera acercarse mas, lo cual parece un poco ilógico, pero lo cierto era que el pan de queso era un poquito especial, había pasado por circunstancias fuertes en el pasado y quería cosas diferentes, ademas que la maldad (o expresión de maldad) del horno, le interesaba.

Resulta cómico, pero el horno era muy ácida con todos los panes alrededor, tiraba todos sus comentarios sarcásticos como metralleta, sin pena ni ningún resentimiento, a ella le encantaba ver a la gente reír con sus comentarios, y no se disculpaba por ellos, había otros panes que la retaban y ella los hacia morder el polvo. 

Lo interesante era que ella no era así con el pan de queso, ella se reservaba sus comentarios hacia el, la verdad se notaba que ella se sentia intimidada hacia el, cosa que ella misma no entendía, ni lo podía mirar; el pan de queso poco a poco se fue acercando al horno, con el pretexto de ser amigos o conocerla un poquito mas.

Convenientemente, el pan de queso ya no estaba con el horno sensible desde hacia mas de un año, y el andaba feliz, mientras que el horno todavía estaba con el pan italiano, de manera que ella estaba muy infeliz y triste, ella sabia que andar con el pan italiano ya no tenia sentido, quizás lo tuvo durante un tiempo, pero se canso de ser menospreciada.

Aun así, el pan de queso siguió intentando estar cerca del horno, hasta que un día, declaro sus intenciones, lo cual tomo por sorpresa al horno, ya que ella no se lo esperaba, tanto así que quedo sin habla, no salio ni una palabra.

Al día siguiente, se concreto como "una cita" para hablar acerca de las intenciones del pan de queso hacia el horno, ella verborreo muchas cosas para ver si al pan de queso se le olvidaba aquello que dijo, pero el seguía muy firme, ella le dijo que no estaba sola, que ella estaba con alguien mas, lo cual el pan respondió muy tajante: ¡A mi no me importa el, me importas tu!

Esa respuesta hizo sonrojar al horno, porque esa respuesta tenia mucha seguridad, y contundencia; en el pasado hubo otros panes interesados en el horno, que al declarar sus intenciones fueron muy blandengues en sus respuestas, lo cual el horno aniquilaba con sus ironías.

Ella buscaba alguien diferente, realmente no estaba en busca de nadie, solo quería un poquito de soledad y tranquilidad; ella no estaba desesperada por buscar alguien que la quisiera, solo un buen amigo. Pensó que lo había encontrado allí, con el pan de queso, pero el pan de queso no iba a dejar que lo dejara en la zona de amistad.

El insistió, de manera muy sutil; lo cual mostraba su interés en aquel horno ácido, pero con una buena apariencia, no se le veía mucha maldad, otros panes habían estado detrás de ella, pero ella no era cualquier horno, ella era muy intensa con lo que le gustaba, buscando incesantemente algo por aprender, un poco camionera al hablar, despreocupada por su apariencia, lo cual la hacia mas interesante hacia otros panes; se juntaba con panes, no con hornos, porque sentía que eran muy fresitas jeje

Pasados unos días, el horno decidió por fin terminar con el pan italiano, el pensaba unas barbaridades, el horno al fin soltó palabra, y todo acabo, claro el pan italiano por sentirse más que ella, hizo llorar durante largos días al horno, porque quería sentirse superior, pero ella lo ignoro algunos días.

El pan de queso siempre estaba allí, y un día se encontraron, el horno le comento la nueva situación, el pan de queso no podía ocultar su felicidad, en cambio el horno quería un poco de cautela, quería un tiempo de soledad. El pan de queso tenia otras ideas, el la quería para el, y nunca desistió, siempre la apoyo en cuanto pudo.

El demostraba su cariño constante, en cambio ella quería mas discreción, a tal punto que el pan de queso se sentía celoso que otros panes se le acercaran a hablarle siquiera, ella le hablo del amor libre, y el no se sentía convencido de ello, el la quería solo para el.

Pero lo que no comprendía el, era que la idea de ella de amor libre, no era otra cosa que estar juntos sin ataduras, no era que se podían andar con otros hornos o panes; igual el se sentía indispuesto ante esto.

Hasta que un día, el pan de queso le pregunto si quería que fueran novios, la respuesta fue inmediata, el horno respondió ¡no! lo cual era un sarcasmo porque ambos se abrazaron y se besaron, desde allí empezó una historia distinta, ella se dio cuenta que el pan de queso no era lo que ella pensaba, en cambio era alguien sumamente inteligente, amable, honesto, cariñoso, diferente, y esta ultima palabra resaltada, con negrita, subrayada, en letras mayúsculas; se dio cuenta que a veces se juzga la portada sin conocer el contenido.

O tal vez, el pan de queso cambio con el tiempo, ella también cambio inexorablemente, ambos mas sabios, mas viejos, con cicatrices, heridas, experiencias, enseñanzas... Algo que es inevitable, porque quizás si se hubieran hablado antes, al momento de haberse visto, no habría historia que contar...

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